Análisis del alimento carneo.

Es común que encontremos personas que defienden el uso de la carne alimentos. Otros, a su vez participantes de experiencias alimenticias solamente con vegetales, o máximo con dietas lacto-ovo-vegetarianas, garantizan que el incluir la carne como alimento en la nutrición humana puede ser totalmente rechazada sin causar perjuicios al organismo. Entre ambas opiniones, ¿cuáles son los aspectos verdaderos y cuáles los falsos?. La carne, ¿es un alimento saludable o no?. Posee todos los nutrientes necesarios para la vida humana?. ¿Es tónica o debilitante de los nervios?. ¿Trae beneficios físicos o prejuicios? Estas son las preguntas que proponemos. Trataremos de responder acerca del asunto más cuestionado de la ciencia nutricional.

1- Desde el punto de vista histórico.

El libro más antiguo de la humanidad, la Biblia, afirma que el hombre fue creado a imagen de Dios, formado para ser vegetariano y no carnívoro, conforme al texto de Génesis 1:29. Salomón, conocedor de muchos misterios científicos de su tiempo, dice solamente: “Más vale un plato de legumbres, con cariño, que un buey cebado, con odio”; Proverbios 15:17.
El termino legumbre abarca los productos de la tierra en general. Tal afirmación posee características metonímicas, pues en todos los vegetales usados para la alimentación del hombre (cerca de 600 mil tipos), innumerables sustancias trofoquímicas son encontradas poseedoras de principios activos calmantes y que auxilian en los procesos emotivos de los seres vivos, lo que no acontece con el alimento carneo.
De acuerdo con el mismo libro, en cuanto el hombre de la era antediluviana se alimentaba de vegetales y vivía un promedio de 900 años, después del diluvio, con la adición de la carne, su vida disminuyó en tiempo y aumentó en enfermedades.

Varios vegetarianos se destacaron a través de los tiempos. Fueron reconocidos por sus trabajos y considerados como célebres mundialmente.
Platón (428-347 a.C), Milton (1608-1674), Isaac Newton (1642 – 1727),
Linneo (1707 – 1778), Rosseau (1712 – 1778), Tolstoi (1828 – 1910), Gandhi
(1869 – 1948), Bernard Shaw (1856 – 1950), y Pitágoras (582 – 500 a.C).
Este último, siendo uno de los mayores matemáticos que el mundo haya conocido, hablando sobre el uso de la carne afirmó: “Creed, oh mortales, que contamináis vuestros cuerpos con un alimento tan abominable”

Encontramos en nuestros días, entre otros adeptos del vegetarianismo, las figuras del pugilista brasileño Eder Cofre, que por dos veces fue campeón mundial de box; y de Robinson Simoes Lombarda, profesor de Educación Física en Curitiva – PR, que por 24 horas permaneció haciendo ejercicios aeróbicos. O sea, soporto 24 horas continuas de step.

2- ¿Debe el ser humano alimentarse de carne?

Al comenzar por la estructura bucal, no existe estructura anatómica conveniente a la masticación de este alimento. Los propios dientes de los animales carnívoros se diferencian completamente, en las formas y disposiciones, de los dientes de los seres humanos. Las mandíbulas y las articulaciones son impropias a los movimientos realizados durante la masticación de la carne, dejando, de un modo en general, las formas fisonómicas de los comedores de este alimento menos simpático a la observación durante las comidas carnívoras, así como acontece con los alimentos irracionales. En el aspecto bioquímico, no existen en el hombre las mismas enzimas digestivas que existen en los animales carnívoros, pues sus ácidos y encimas son apenas parcialmente adaptadas a los nutrientes de la carne, pudiendo producir de manera apenas superficial la digestión.

“La carne es un producto altamente acidificante y muy deficiente en sales de calcio, que son tan necesarias para mantener el equilibrio alcalino de la sangre y ayudar a los elementos regeneradores de los huesos y dientes….Se dice que las caries dentales son resultado de la acción química de los detritos (restos) alimenticios sobre los dientes. Las partículas de alimentos vegetales crudos, además, no pueden ser tan fácilmente retenidos entre ellos; y aunque Así sea, no ofrecen los mismos peligros de la descomposición”

Las demás áreas del aparato digestivo, estomago, intestinos e hígado, también no son adecuados al trayecto de la carne pues los jugos gástricos y entéricos no realizan regularmente sus funciones metabólicas cuando se ingiere este subalimento.

3- Su composición química.

Según las máximas autoridades en Nutrición, la carne se compone básicamente de proteínas, vitaminas del grupo A y B, y cantidades ínfimas de vitamina C. Rica en grasas saturadas en forma de colesterol, ácidos grasos y otros tipos de grasa que provocan serios trastornos en la digestión, posibilita la aparición de sustancias putrefactas y cancerígenas como el indol, escatol, ptomaína, acroleína, prurina, leucomaína y xantina. Otras sustancias como la putrescina y la cadaverina también son encontradas.

Por ser la carne un suelo fértil para la proliferación de microorganismos, aparecen con frecuencia en sus usuarios, según innumerables investigaciones realizadas en laboratorios, las Tenias saginata, solium y bothrioephalus, además de aquellos parásitos que se multiplican con su uso: Endolimax nana, Trichuris trichiura, Proteus morganii, Giardia lambia, Schistoma mansoni, etc.



4- Las enfermedades que surgen.

Dentro de todas las enfermedades y los síntomas que directa o indirectamente son originadas por el habito del alimento carneo, se destacan las enfermedades cardiacas, gracias al aumento de materias lipoproteicas en la sangre; las digestivas (colitis, cirrosis, gastritis y ulceras pépticas) formadas o intensificadas por la presencia de materias morbosas en los conductos en los de la digestión; las del sistema nervioso, originadas por el acumulo exagerado de adrenalina y noradrenalina en los neurotransmisores, y la reducción de endorfinas y encefalinas cerebrales; enfermedades renales y epiteliales que dan origen a la hipertensión y a la hipotensión (presión alta y baja respectivamente), y a la formación de oxalatos, uratos y fosfalatos ( precursores de los cálculos urinarios); y dermatosis en general, destacándose el pénfigo, los eczemas y la lepra.

5- Resistencia física de los vegetarianos.

Los cuadros estadísticos nutricionales muestran que a pesar del esfuerzo físico exigido de un atleta, independiente del tipo de deporte practicado, su alimentación debe componerse ampliamente de frutas y hortalizas, que ofrecen valores energéticos inagotables. Esa dieta puede ser asociada a los cereales integrales y a las leguminosas, proporcionando aun mayor resistencia a sus adeptos, aun delante de la delgadez y la aparente palidez.
Los registros del área deportiva aportan curiosos conocimientos en este sentido. El profesor A. Balbach narró en su libro “A Carne e a Saúde” algunos hechos interesantes sobre la resistencia física de los vegetarianos: “En Inglaterra, hace años, los ciclistas vegetarianos alcanzaron todos los record de 131 a 227 millas (210 a 443 Km.). Oley, uno de los célebres, recorrió 196 millas (314 Km.) en 12 horas. El se alimentaba solamente de sándwich vegetarianos, harina integral y vino sin alcohol, muy rico en glucosa”.


6- La carne produce fatiga.

Según los estudios del Dr. J.H. Kellog, renombrado médico que vivió en los Estados Unidos al inicio del siglo 20, la resistencia a la fatiga es mucho menor en los carnívoros que en los vegetarianos, debido a tres factores:

a- Alteraciones que ocurren en toda la musculatura durante los ejercicios.
b- Apariciones de diversos ácidos minerales productores de fatiga que son ingeridos con los alimentos.
c- Toxinas producidas por bacterias proteolíticas, responsables por la putrefacción de las proteínas no hidrolizadas. “Se ha demostrado que el ácido láctico puede producirse en proporción de 1,77 gramos por segundo para un corredor rápido. Cuando se come carne, una cantidad de 5 a 8% de ella es digerida, y, al encontrarse en el colon, sufre putrefacción”.
“Se demostró que el comer carnes y una dieta de muchas proteínas, en vez de aumentar el poder de resistencia de una persona, en realidad lo disminuye, como el alcohol. Estos resultados se explican por el hecho de que son en cantidades reducidas las materias de expulsión nitrogenadas que se acumulan en los tejidos de aquel cuya alimentación contiene poca proteína (vegetariano).Y por otro lado, aquel que usa alimentos cárneos ingiere parte de esas materias de expulsión ya formadas en la propia carne, además de las que se forman por la desintegración de este subalimento, a medida que va siendo usado para suplir las necesidades del cuerpo”.


7- Soya, alimento que sustituye la carne.

Cuando los americanos guerreaban contra los japoneses en el crepúsculo de la 2ª Guerra Mundial, notaron que sus esfuerzos eran hasta cierto punto limitados para enfrenta la “resistencia amarilla” con sus ataques, que a su vez demostraban abundante energía física en los combates que iban ocurriendo. Los yanquis sabían que aquella situación no era proveniente apenas por los entrenamientos militares y de los profundos conocimientos en artes marciales demostrados por el enemigo, sino que también, relacionada a los factores alimenticios. Fue en aquella ocasión que el mundo occidental pudo reconocer con amplitud de las virtudes de la soya.

La famosa Glycine hispida posee cualidades diabéticas incomparables a la mayoría de los alimentos proteicos, especialmente a los de origen animal. Sus elementos nutritivos son de óptima calidad, y su proteína es completa con todos los aminoácidos esenciales para la vida humana; histidina, valina, leucina, isoleucina, triptofano, fenilalanina, arginina, lisina, metionina y treonina. Sus funciones vitamínicas y minerales son altamente considerables.

Además de poseer los elementos mencionados, sus uso medicinal es de gran valor en el combate de las enfermedades del sistema nervioso (recurso opuesto al de la alimentación carnea), a la diabetes, estreñimiento y las enfermedades de la piel. Otro valor medicinal de la soya consiste en reducir el colesterol excesivo presente en la circulación sanguínea a través de un componente anticolesterolémico (reductor del colesterol) denominado lecticina de soya, que también posee la función específica de aglutinar o ínter unir los glóbulos rojos.



“El uso de la carne, cualquiera sea su origen, es una acción opuesta al bienestar físico del hombre, siendo un factor de devastación ecológica en su medio ambiente”.